MUERTE DE ATAHUALPA

Muerte de Atahualpa

Al conocer la avidez de los extranjeros por los metales preciosos, el Sapa Inca Atahualpa ofreció un fabuloso rescate de un cuarto lleno de oro y dos de plata, por su vida y libertad. Muchas llaqtas (ciudades), templos y palacios del Tahuantinsuyo fueron dilapidados para cumplir con el acuerdo; sin embargo los españoles se repartieron el botín y prepararon la muerte del Inca. Las instigaciones de Diego de Almagro, el indio Felipillo y el cura Vicente Valverde consiguieron la sentencia de muerte para el Sapa Inca. Los cargos contra él no consideraron los usos y costumbres andinos; en realidad fueron pretextos para eliminarlo rápidamente.

Fue el 26 de julio de 1533, en la Plaza de Cajamarca, cuando Atahualpa fue preparado para la hoguera. Antes de consumarse la condena, el Sapa Inca aceptó bautizarse para que le cambien la pena. El frayle Vicente Valverde lo bautizó en el acto con el nombre de Francisco, en honor a su padrino, el jefe de los invasores. Luego de la ceremonia el Inca fue estrangulado y su cuerpo enterrado en la capilla de Cajamarca. Poco después los indios atahualpistas se llevaron sus restos a un lugar hasta hoy desconocido.